Caserio Egibar
Aquí vivía Errasti, que trabajaba como ferrón en una de las ferrerías de los Loyola, y su mujer María Garín. Mujer importante en la vida de San Ignacio de Loyola, ya que fue la figura materna y la madre nodriza del pequeño Iñigo ( y de algún hermano más) que perdió a su madre, Marina Sainz (o Sánchez aparece de las dos formas) de Licona y Balda al poco de nacer.
Fue el decimotercer y último hijo, por lo que la madre pasó 26 años pariendo y ya siendo mayor para la época murió al poco de nacer Iñigo. María Garín, además de ser la figura materna, históricamente fue muy importante para establecer el año de nacimiento en 1491, ya que en sus últimos años de vida San Ignacio no hizo bien los cálculos de cuándo había nacido.